Realizaremos el comentario de texto sobre el fragmento del texto originariamente atribuído a Benito Mussolini: "La doctrina del fascismo". Seguiremos el guión de comentario que podemos encontrar enlazado en este mismo blog.
Enlace al fragmento (pincha aquí).
lunes, 14 de mayo de 2018
viernes, 9 de marzo de 2018
Comentario de texto sobre la I Guerra Mundial
Durante la sesión del día 9 de marzo, vamos a realizar el comentario completo del texto siguiente. Se puede buscar en Internet información sobre el autor. ¡Ánimo!
Después de una comida de pan, tocino, ron y un té rehervido y amargo con poca azúcar, seguimos nuestro camino por los árboles desgajados hacia el este del pueblo y luego caminamos por una larga trinchera hasta el cuartel general del batallón. La húmeda y
resbaladiza trinchera estaba cavada en un macizo de dura arcilla roja. Llevaba yo una lámpara, y vi centenares de ratas de campo y de ranas que habían caído en la trinchera y que no encontraban la forma de salir. La luz las deslumbraba; como era imposible no
aplastar con el pie aquellos animales, me guardé en el bolsillo la lámpara. (...) Sacudí al hombre por un brazo e inmediatamente advertí el agujero en la nuca. Se había quitado la bota y la media para tirar el gatillo de su fusil con un dedo del pie; aún tenía en la boca el cañón del fusil.
-¿Por qué lo hizo? -pregunté.
-Estuvo en el último combate, señor, y eso lo dejó un poco raro; para colmo recibió malas noticias de Limerick; su chica se había casado con otro. Pertenecía a los Munsters -sus ametralladoras custodiaban el lado izquierdo de nuestra compañía, y su suicidio había sido ya comunicado. Llegaron dos oficiales irlandeses.
-Hemos tenido ya varios casos parecidos últimamente -me dijo uno de ellos. Luego le dijo al otro:
-No te olvides de escribir a sus familiares, Callaghan. El mismo tipo de carta; di que murió con una muerte digna de un soldado, lo que se te ocurra. No voy a informar que fue un suicidio. (...)
R. Graves, Adiós a todo eso, 1971.
Después de una comida de pan, tocino, ron y un té rehervido y amargo con poca azúcar, seguimos nuestro camino por los árboles desgajados hacia el este del pueblo y luego caminamos por una larga trinchera hasta el cuartel general del batallón. La húmeda y
resbaladiza trinchera estaba cavada en un macizo de dura arcilla roja. Llevaba yo una lámpara, y vi centenares de ratas de campo y de ranas que habían caído en la trinchera y que no encontraban la forma de salir. La luz las deslumbraba; como era imposible no
aplastar con el pie aquellos animales, me guardé en el bolsillo la lámpara. (...) Sacudí al hombre por un brazo e inmediatamente advertí el agujero en la nuca. Se había quitado la bota y la media para tirar el gatillo de su fusil con un dedo del pie; aún tenía en la boca el cañón del fusil.
-¿Por qué lo hizo? -pregunté.
-Estuvo en el último combate, señor, y eso lo dejó un poco raro; para colmo recibió malas noticias de Limerick; su chica se había casado con otro. Pertenecía a los Munsters -sus ametralladoras custodiaban el lado izquierdo de nuestra compañía, y su suicidio había sido ya comunicado. Llegaron dos oficiales irlandeses.
-Hemos tenido ya varios casos parecidos últimamente -me dijo uno de ellos. Luego le dijo al otro:
-No te olvides de escribir a sus familiares, Callaghan. El mismo tipo de carta; di que murió con una muerte digna de un soldado, lo que se te ocurra. No voy a informar que fue un suicidio. (...)
R. Graves, Adiós a todo eso, 1971.
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| Kirk Douglas en "Senderos de gloria". Imagen en macguffin007.com |
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